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Colombia: Más de 400 ‘falsos positivos’ estarían enterrados en cementerio de Valledupar.

  • 25 feb 2020
  • 4 Min. de lectura

Familiares de dos estudiantes barranquilleros, víctimas de ejecución extrajudicial, buscan recuperar los restos que estarían en Jardines del Ecce-Homo.

En la búsqueda de los restos de quienes cayeron víctimas de ejecuciones extrajudiciales, sus familiares han ido poco a poco seguido el rastro hasta dar con su paradero. En una fosa común en el cementerio Jardines del Ecce-Homo en Valledupar, estarían al menos 400 cuerpos sepultados, muchos de ellos reportados como “muertos en combate”, pero que en realidad se convirtieron en víctimas inocentes del conflicto armado en Colombia.


“No todos los que están en esa fosa corresponden a N.N, sino a difuntos cuyas familias dejaron abandonados y pasado el tiempo no volvieron a preguntar en qué condiciones estaban los contrato de arriendo de las bóvedas, y pues obviamente pasado el tiempo nosotros tenemos que continuar dando uso al cementerio porque si no colapsa, entonces pasan a una fosa común; hay que decir que antes de 2007 algunos cuerpos están en las fosas, y aclaramos a la comunidad que no todos los que están allí corresponden a falsos positivos, o no identificados, por cualquier  otro motivo. Simplemente, las fosas comunes se utilizaban como una manera de darle mayor autonomía a Jardines del Ecce-Homo en el uso de las bóvedas”, sostuvo el padre Ivar De La Cruz, delegado episcopal para cementerios de la Diócesis de Valledupar.


No obstante, a que existen restos de los ‘falsos positivos’ cometidos en el norte del Cesar, en su mayoría por exintegrantes del Batallón La Popa, los familiares de quienes podrían estar sepultados en Jardines del Ecce-Homo no cuentan con medidas cautelares de la JEP, ni ayuda de las autoridades para recuperarlos.


De acuerdo con un informe del Espectador, “varias familias sí saben que los cuerpos de sus seres queridos, ejecutados extrajudicialmente, están en dicho camposanto. Específicamente, en la fosa común n.° 7, ubicada en la parte posterior izquierda del cementerio. Allí reposan entre 450 y 500 cuerpos, según estableció la Fiscalía en 2016 ante el Tribunal Superior de Valledupar. La Fiscalía aseguró que los restos óseos que allí se encuentran fueron depositados sin ningún cuidado que permitiera extraerlos ni identificarlos. Tampoco es posible establecer cuántos cadáveres de los que allí reposan corresponden a víctimas de falsos positivos y cuántas no”, señala.


“Esa respuesta la dio la Fiscalía por la tutela que presentó la familia de Orlando Villarreal Cortés para conseguir que su cuerpo fuera inhumado y poder despedirse debidamente. Orlando, estudiante de contaduría, salió de su casa en Barranquilla en abril de 2004 hacia Valledupar, a trabajar en una finca. Nunca volvió. Solo el 7 de septiembre de 2007 hubo luz para su familia, cuando su nombre apareció en una noticia en El Heraldo titulada “Los muertos que buscan sus dolientes”. “Nos fuimos el 11 (de septiembre) a Valledupar y nos mostraron una fotografía del levantamiento del cuerpo. Supuestamente el Ejército le dio de baja como extorsionista del frente 41 (de las Farc)”, relata Luz Villarreal, su hermana. Falso; precisa el informe del medio capitalino.



Víctimas barranquilleras


EL HERALDO conoció una decisión judicial más sobre los ‘falsos positivos’ vinculados con el Batallón La Popa, de los que resultaron víctimas los estudiantes barranquilleros Orlando Villarreal Cortés y Rubiel López.


Se trata de la acusación y orden de captura expedida el 14 de diciembre de 2018, por parte del fiscal 90 especializado de la Dirección Nacional contra Violaciones a los DD.HH. y DIH contra los uniformados Jorgy Castellón Romero, César Jiménez Zambrano y Miguel Arrieta Fragoso por los delitos de homicidio en persona protegida y concierto para delinquir.


Los militares son señalados por el ente de investigación penal de haber participado en los hechos registrados el 21 de abril de 2004 en Manaure, La Guajira, donde las tropas dieron de baja supuestamente en combate a dos sujetos reportados como presuntos integrantes de la cuadrilla 59 de las Farc.


No obstante, de acuerdo al informe de la Fiscalía, “la trayectoria de los disparos lo que nos demuestra es que recibieron impactos postero anteriores y supero posteriores como lo demuestran las gráficas, es decir por la espalda, lo que no es compatible en situaciones de combate”.


Villarreal, como corroboró su familia, era un estudiante de contaduría en la Corporación Universitaria de la Costa, CUC, que había decidido en enero de ese año probar suerte en Valledupar tras recibir una propuesta de trabajo de sujetos desconocidos.


Por estos hechos, el 9 de abril de 2014, la Fiscalía 67 de Derechos Humanos de Bucaramanga, había dictado medida de aseguramiento contra el sargento Néstor Jiménez Corredor, pero el proceso parecía haberse quedado en el olvido.


Los militares habían asegurado que dieron de baja “en combate” a estos dos “guerrilleros de la cuadrilla 59 de las Farc” porque iban a “secuestrar” a unos funcionarios de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria, Umata, y de la Corporación Autónoma Regional del Cesar,  Corpocesar, que ese día adelantaban labores en el pueblo.

Documentación de la JEP


En junio del año pasado, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) recibió en Valledupar un informe sobre la presunta comisión ejecuciones extrajudiciales o ‘falsos positivos’ en el Cesar, La Guajira y Magdalena, cometidos en el periodo 2002 - 2008 atribuidas a unidades militares adscritas a la Segunda y Décima Brigada del Ejército Nacional, a la Fuerza de Reacción Divisionaria y a los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal, todas ellas pertenecientes a la I División.


El informe que documenta 164 casos de homicidios que presuntamente cometieron integrantes del Ejército Nacional en la región Caribe, fue recibido por Óscar Javier Parra Vera, Magistrado de la Jurisdicción Especial para la Paz, en un evento de la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos y el Colectivo de Abogados CAJAR.


Este proceso corresponde al caso 003 de la JEP, ‘Muertes ilegítimamente presentadas como bajas en combate por agentes del Estado’.


“Estamos recibiendo un informe en el marco de un caso ante la Jurisdicción Especial para la Paz. La JEP va tener un funcionamiento en principio de 10 años extensibles a cinco años más y estamos en el primer año de avance de trabajo en relación con los casos priorizados. Hemos recibido aproximadamente 120 informes, entre ellos 88 de organizaciones de la sociedad civil que retratan las magnitudes de las atrocidades vividas en el marco del conflicto colombiano, no solamente de ejecuciones extrajudiciales, también fenómenos de desplazamiento, de violencia sexual, de desapariciones forzadas, torturas, tomas de poblaciones, secuestro, reclutamientos forzados, etcétera”, manifestó en su momento Óscar Javier Parra, Magistrado de la JEP.


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